LA SOCIOLOGÍA COMO CIENCIA / MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN (Quinto año Sociología)

LA SOCIOLOGÍA COMO CIENCIA

Durkheim, Marx y el resto de los clásicos del pensamiento sociológico consideraban que la sociología era una CIENCIA pero, en realidad, ¿podemos estudiar la vida social humana de forma científica? Para dar respuesta a estas preguntas, debemos entender lo que significa esta palabra: ¿qué es la ciencia?
Ciencia es la utilización de métodos sistemáticos de investigación empírica, análisis de datos, elaboración teórica y valoración lógica de argumentos para desarrollar un cuerpo de conocimiento acerca de una determinada materia. Según esta definición, la sociología es una empresa científica que conlleva la aplicación de métodos sistemáticos de investigación empírica, el análisis de datos y la valoración de teorías según las pruebas existentes y con un argumento lógico.
Sin embargo, es diferente estudiar a los seres humanos que observar los fenómenos del mundo físico y la sociología no debe considerarse exactamente como una de las ciencias naturales. A diferencia de los objetos de la naturaleza, los humanos son seres auto conscientes que confieren sentido y finalidad a lo que hacen. No podemos describir la vida social con exactitud a menos que captemos primero el significado que las personas conceden a su conducta. Por ejemplo, describir una muerte como suicidio supone saber qué es lo que la persona en cuestión pretendía. El suicidio sólo puede producirse cuando un individuo trata deliberadamente de auto-destruirse. Si una persona se pone accidentalmente delante de un coche y muere no puede decirse que haya cometido un suicidio.
El hecho de que no podamos estudiar a los seres humanos exactamente igual que estudiamos los objetos de la naturaleza es, en ciertos aspectos, una ventaja para la sociología. Los sociólogos se benefician de poder plantear preguntas directamente a aquellos a los que estudian: otros seres humanos. Sin embargo, esta situación crea dificultades con las que no tropiezan los científicos de la naturaleza, porque las personas que saben que sus actividades se están estudiando muchas veces no se comportan del mismo modo en que lo hacen normalmente. Cuando los individuos responden a cuestionarlos, consciente o inconscientemente pueden dar una imagen de ellos mismos que difiere de sus actitudes habituales. Pueden incluso tratar de "ayudar" al investigador, dándole las respuestas que creen adecuadas.

¿Cómo puede ayudarnos la sociología en nuestra vida?

La sociología tiene muchas consecuencias prácticas para nuestra vida, tal y como subrayó Mills cuando desarrolló su idea de la imaginación sociológica.

Conciencia de las diferencias culturales
En primer lugar, la sociología nos permite ver el mundo social desde muchos puntos de vista. Con frecuencia, si comprendemos realmente cómo viven otros, también adquirimos un mejor conocimiento de sus problemas. Las políticas prácticas que no se basan en una conciencia fundamentada de las formas de vida de las personas a las que afectan tienen pocas posibilidades de éxito. En este sentido, un asistente social blanco que trabaje en una comunidad de mayoría negra no logrará ganarse la confianza de los miembros de ésta sin desarrollar una sensibilidad hacia las diferentes experiencias sociales que a menudo separan a los blancos de los negros.


Evaluación de los efectos de las políticas
En segundo lugar, la investigación sociológica ofrece una ayuda práctica en la evaluación de los resultados de las políticas. Sobre el terreno, un programa de reforma puede, simplemente, no lograr lo que pretendían los que lo concibieron, o acarrear desagradables consecuencias no deseadas. Por ejemplo, en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial se construyeron, con dinero público, grandes bloques de viviendas en los centros urbanos de muchos países. Estaban pensados para proporcionar viviendas de gran calidad a grupos de ingresos bajos de las áreas suburbiales y disponían de servicios comerciales y comunitarios muy próximos. Sin embargo, la investigación puso de manifiesto que muchos de los que se habían trasladado desde sus viviendas anteriores a estas grandes torres se sentían aislados y desgraciados. Los altos edificios y los centros comerciales de zonas pobres solían acabar en estado ruinoso y se convertían en lugares propicios para atracos y otros delitos violentos.

El autoconocimiento
En tercer lugar, quizá lo más importante sea que la sociología puede señalarnos el camino del autoconocimiento, es decir, de una mayor comprensión de uno mismo. Cuanto más sepamos acerca de por qué actuamos como lo hacemos y sobre el funcionamiento general de nuestra sociedad, más posible será que podamos influir en nuestro propio futuro. No hay que pensar que la sociología sólo sirve para ayudar a quienes formulan las políticas -es decir, a los grupos poderosos- a tomar decisiones fundamentadas. No siempre puede suponerse que quienes están en el poder piensen en los intereses de los menos poderosos o privilegiados al implantar sus políticas. Grupos informados por sí mismos pueden responder de forma eficaz a las políticas gubernamentales o plantear sus propias iniciativas. Asociaciones de autoayuda como Alcohólicos Anónimos y movimientos sociales como los ecologistas son ejemplos de grupos sociales que han intentado, con un éxito considerable, producir directamente reformas prácticas.
En los comienzos de la formulación del proyecto de una ciencia de lo social, se tendió a adoptar como modelo de lo que es el conocimiento científico, el desarrollado con éxito en las Ciencias Naturales. A mediados del siglo XIX, cuando Comte le dio nombre a la Sociología, reinaba un clima de gran optimismo respecto a las posibilidades que el conocimiento científico podía acarrear para el bienestar de la humanidad. Del mismo modo que el progreso de las Ciencias Naturales había plasmado en un rápido desarrollo de la técnica y de la producción, se pensaba que un conocimiento científico de las leyes de la sociedad humana podía ser la llave para resolver los problemas sociales. Por esto, los primeros sociólogos se pusieron como objetivo el descubrimiento de unas leyes generales de alcance universal análogas a las formuladas en Ciencias Naturales, que regirían el orden social.
Cuando la Sociología empírica comenzó a practicarse sistemáticamente, quedaron en evidencia algunas dificultades en el proyecto original. Por lo pronto, se vio que no se podían formular leyes de alcance universal, como las que conocemos en Física, ya que las diferencias entre las sociedades, culturas y épocas, hace que las generalizaciones que se formulan sean más bien triviales y poco informativas, como por ejemplo: “Todas las sociedades tienen un sistema de parentesco”. Es así que, al no contar con leyes generales que explicaran fenómenos importantes de las sociedades, se hacía difícil, o prácticamente imposible, hacer predicciones de largo alcance sobre lo social. Por estas razones, algunos llegaron a afirmar la imposibilidad misma de un estudio científico de lo social.
Sin embargo, el trabajo riguroso de muchos sociólogos demostró que las reales dificultades para la generalización y la predicción, no eran un obstáculo para la constitución de una disciplina científica.

La Sociología es una ciencia porque:
       La Sociología es una ciencia empírica. Se refiere a hechos observables y busca descubrir las relaciones que existen entre ellos, tal como efectivamente se dan. Cuando un sociólogo estudia un fenómeno como la emigración en el Uruguay, trata de determinar sus características y a lo mejor sus causas, pero siempre sobre la base de la información y los datos que puede obtener.
       Los enunciados que forman el conocimiento sociológico, son verificables, ya que pueden ser constatados con la realidad. Si afirmamos que la población del Uruguay ha venido envejeciendo en los últimos años, y queremos verificar esta proposición, tendremos que cotejarla con la información que surge de los cencos y de fuentes adicionales.
       La Sociología, como todas las ciencias, es abierta. El conjunto de conocimientos que los sociólogos han construido a través de la investigación, es, por definición, provisorio. La tarea de la ciencia es preguntarse permanentemente por las cosas que suceden en el mundo y poner en duda las cosas que sabemos o creeemos saber. Este afán por conocer la verdad de las cosas, obliga frecuentemente a revisar los enunciados que se tiene por ciertos, a ponerlos en duda y eventualmente, si no resisten la prueba de la experiencia, a refutarlos. Es por eso que se dice a menudo que una ciencia es más un tipo de actividad, inspirada por la curiosidad y la desconfianza hacia los dogmas, que un conjuntos de saberes estáticos e indiscutibles.
       El conocimiento sociológico es objetivo. Ellos significa que procura enfocar los problemas desde el punto de vista de sus propias características, antes que sobre la opinión que el sociólogo tenga de ellos. Esto no quiere decir que el sociólogo deba olvidar sus valores o convicciones, sino que cuando hace investigación, debe procurar en los posible, que sus descripciones, análisis y explicaciones estén desprovistas de contenidos emocionales. Objetividad no significa indiferencia moral, es más, muchos sociólogos han sabido combinar con éxito la investigación con la práctica política o social, entre los clásicos, Marx, Durkheim y Weber.
       La Sociología es una ciencia crítica. Pone permanentemente en cuestión las certezas que provienen del sentido común, la tradición y la ideología. Aquellas cosas que son evidentes para los demás, son problemas para el sociólogo, que siempre busca, detrás de la aparente claridad de los fenómenos, sus causas y características ocultas. De este modo nos pone en guardia contra los prejuicios y la supuesta inmunidad de las opiniones destacadas. Para que tengan carácter científico, las afirmaciones tiene que haber sido puestas a prueba en forma rigurosa, lo que no sucede con los prejuicios.


El método de la sociología

Como todas las ciencias, la Sociología utiliza el método científico, es decir que dispone de un conjunto de principios y procedimientos a través de los cuales se sistematiza la búsqueda y análisis de la información en el proceso de investigación. El método comprenden entonces, tanto los procedimientos que tienen lugar durante la investigación, como los principios y supuestos que los guían. Cuando describimos lo que un sociólogo hace, no sólo nos referimos a cómo elabora y aplica una encuesta o cómo efectúa una medición, sino también, y sobre todo, cómo conecta los distintos enunciados en un sistema, si procede por deducción o si se basa en la interpretación de conductas de algunas personas determinadas, etc.

A diferencia de otras ciencias, sin embargo, no existe entre los sociólogos, unanimidad de los principios metodológicos y las técnicas más apropiadas para el abordaje de los fenómenos sociales.

A grandes rasgos, podemos hablar de dos tendencias metodológicas. Por un lado los cuantitativistas, opinan que las matemáticas  y las estadísticas son el mejor instrumento para lograr una visión objetiva y rigurosa del fenómeno social y el único medio que permite la generalización y la predicción. Su método es el hipotético-deductivo y su modelo de ciencia empírica el de la Física, hacia el cual –a su juicio- deberían tender las ciencias sociales.

Por otro lado, los cualitativistas, señalan las limitaciones de la matemática y de los métodos de las ciencias naturales para el estudio de los fenómenos sociales. Sostienen que, a diferencia de lo que ocurre con un átomo o una bacteria, la gente atribuye sentido a lo que hace; no se trata ya de obtener una explicación causa-efecto, sino de interpretar las conductas y expresiones de las personas, según el contexto en el que tengan lugar. Para ello, proponen métodos interpretativos basados en la comprensión.

Esta discusión sobre el método ha sido zanjada, en parte, por quienes sostienen que las anteriores no son enfoques opuestos sino complementarios, que dan cuenta de distintos aspectos de los mismos fenómenos. Los cuantitativistas podrían el acento en lo repetitivo y estructural, mientras que los cualitativistas se preocuparían más de las intencionalidades de los sujetos individuales.

¿Cómo se trabaja en Sociología?

El trabajo de investigación en Sociología tal como verdaderamente tiene lugar, igual que en cualquier otra ciencia, difícilmente admite ser dividido tajantemente en etapas sucesivas. Se trata de un proceso dinámico, en el cual a veces el orden no tiene por qué ser demasiado rígido y donde algunas etapas se superponen a otras. Además, las diferencias en los encares metodológicos hacen que sea difícil el plateo de un único modelo de investigación. De todos modos, hay algunas tareas que siempre hay que enfrentar.

1) La primera tarea en la investigación sociológica es la formulación de un problema. Esto es más fácil de decir que de hacer. La primera dificultad que le surge al estudiante de Sociología frente a su primera investigación es ¿qué estudiar? Solemos estar tan familiarizados con la sociedad en la que vivimos, que nos cuesta ver con nuevos ojos y preguntarnos acerca de algún fenómeno. Esto requiere, sobre todo, imaginación. Si miramos a la historia de la ciencia, vemos que en todos los grandes descubrimientos tuvo su papel importante el despliegue de originalidad e imaginación del científico. ¿Cuántas manzanas cayeron antes de Newton? Pero hasta él, nadie imaginó la existencia de la fuerza de gravedad.

Una vez que el problema se nos ocurre, debemos darle límites precisos, de modo de hacerlo manejable. No podemos estudiar de una vez al “universo y sus alrededores” sino que, la mayoría de las veces tendremos que contentarnos con estudiar nuestro tema “aquí y ahora” y definir ese “aquí y ahora” con precisión. Por ejemplo: estudiaremos el embarazo adolescente en Rivera, en el año 2011.

2) Además, tal como hacemos cuando conversamos diariamente, deberemos utilizar conceptos. Los conceptos son abstracciones que construimos sobre la base de las características comunes de los objetos observados; después de ver muchas mesas, nos quedamos con las cualidades esenciales de lo que una mesa es, y utilizamos el concepto aunque no haya mesas visibles. Del mismo modo, los sociólogos, deben usar conceptos en sus investigaciones, pero deben ser mucho más cuidadosos para construirlos. Cunado decimos mesa, podemos asumir que todos entendemos más o menos lo mismo, pero cuando hablamos de conformidad, violencia o clase social, los significados pueden ser muy distintos para las diferentes personas, por lo cual es necesario precisarlos adecuadamente por medio de definiciones conceptuales. El conjunto de conceptos así definidos forman un esquema al cual se atiene el sociólogo durante su investigación y que permite que los demás entiendan qué fenómenos está designando y qué relaciones presupone entre ellos. Algunos conceptos son tan abstractos, que es necesario especificar claramente cómo van a ser medidos; a estas definiciones que consisten en instrucciones sobre cómo medir un fenómeno les llamamos definiciones operacionales.

Muchos de estos conceptos interesan mucho a los sociólogos, porque sirven para señalar características de individuos, los cuales pueden ser clasificados por ellos. La edad, por ejemplo es una característica que distingue a las personas, igual que el sexo. A estos conceptos que designan cualidades que varían de una persona a otra se les llama variables. La edad, el sexo, la ocupación, el nivel educativo, la clase social, el ingreso, etc., son algunas variables que se usan más frecuentemente en Sociología.

3) Una vez que el problema y las variables más importantes que intervienen en él han sido explicitadas, el sociólogo tratará de formular algunas ideas o conjeturas que se hace al respecto. A estas conjeturas, que de ningún modo tienen que ser necesariamente ciertas, se les llama hipótesis. Una hipótesis, es un enunciado que relaciona dos o más conceptos o variables y que será puesto a prueba durante la investigación. Rara vez en una investigación se pone a prueba una sola hipótesis; el sociólogo suele trabajar con un conjunto interrelacionado de ellas a las que llamamos “sistema de hipótesis”.

4) Decimos que las hipótesis deben ser puestas a prueba en la experiencia, pero ¿cómo? Estamos acostumbrados a una visión del científico metido en su laboratorio, entre instrumentos complicados y haciendo “experiencias”. Pero en Sociología raramente se realizan experimentos. Los sociólogos tenemos que salir a buscar la “experiencia” allí donde está naturalmente, en la calle, en las casas, y en la cabeza de la gente. Esto se hace a través de un conjunto de procedimientos llamadas “técnicas de investigación social”, tales como la encuesta, la entrevista, la observación, etc., entre las cuales se eligen según las necesidades del problema.

También a diferencia de otros científicos, los sociólogos carecemos de instrumental ya fabricado y a disposición para cuando es necesario, como se dispone de un termómetro para medir la temperatura o de una báscula para pesar un objeto. Debemos fabricar nuestros propios instrumentos de registro y medición, que además, siempre son específicos para una investigación y nada más, como una pauta de observación o un cuestionario para una encuesta. Con estos instrumentos es posible tomar nota cuidadosamente de las conductas  observadas de las personas, o registrar sus respuestas, de modo que la información que se obtiene sea objetiva y confiable.

5) Finalmente la observación obtenida es procesada y analizada. ¿Se verificaron nuestras hipótesis, o resultaron falseadas? ¿Qué nos dicen los datos que tenemos entre manos? La etapa de análisis es compleja y requiere dosis iguales de rigor e imaginación. Rigor, para no “hacer decir” a los datos cosas que no son; imaginación para ver y dar sentido a las relaciones encontradas entre las variables. La información solo adquiere significado a través de la interpretación que hace el sociólogo, el cual puede así, dar respuesta a su problema de investigación. No importa en definitiva si las hipótesis no resultaron cierta; de todos modos se habrá hecho una acumulación de conocimientos sobre el tema que permitirá encaminar futuros estudios.

6) Los resultados de la investigación son presentados en informes que incluyen, no sólo lo que al final se obtuvo,  sino todos los pasos intermedios, desde la formulación del problema. Los informes suelen incluir datos, gráficos y tablas donde la información resulta resumida y fácilmente comprensible para el lector. Los aspectos técnicos y metodológicos son importantes, porque posibilitan que otros sociólogos puedan repetir o replicar la investigación, controlando así sus resultados.



Síntesis de los temas abordados hasta el momento:

1.         La sociología puede definirse como el estudio sistemático de las sociedades humanas, prestando una especial atención a los modernos sistemas industrializados.
2.         La sociología se concibió como un intento de entender los trascendentales cambios ocurridos en las sociedades humanas en los dos o tres últimos siglos. Estos cambios no sólo se han producido a gran escala, sino que también han tenido lugar en los ámbitos más íntimos y personales de la vida de las personas. La insistencia en el amor romántico como base del matrimonio es un ejemplo de ello.
3.         En la investigación sociológica es importante distinguir entre los resultados deseados y no deseados de la acción humana.
4.         La práctica de la sociología supone la capacidad de pensar de forma imaginativa y de distanciarse de ideas preconcebidas sobre las relaciones sociales.
5.         Entre los fundadores clásicos de la sociología hay cuatro figuras especialmente importantes: Auguste Comte, Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber. Comte y Marx, que escribían a mediados del siglo XIX, plantearon algunos de los temas fundamentales de la disciplina, que fueron desarrollados más tarde por Durkheim y Weber. Dichos temas se refieren a la naturaleza de la sociología y a las consecuencias del desarrollo de las sociedades modernas en el mundo social.
6.         Según sus fundadores, la sociología es una ciencia porque conlleva métodos de investigación sistemática y la evaluación de teorías a la luz de los datos y de un argumento lógico. Sin embargo, no puede seguir directamente el patrón de las ciencias naturales, ya que existen diferencias fundamentales entre el estudio del comportamiento humano y el de la naturaleza.
7.         La sociología es un objeto de estudio con importantes consecuencias prácticas. Puede contribuir a la crítica y a la reforma práctica de la sociedad de diversas maneras. En primer lugar, una mejor comprensión de un determinado conjunto de circunstancias sociales suele darnos más posibilidades para controlarlas. En segundo lugar, la sociología proporciona los medios para aumentar nuestra sensibilidad cultural, haciendo que las políticas se basen en la conciencia de la diversidad cultural. En tercer lugar, podemos investigar las consecuencias (deseadas y no deseadas) de la implantación de políticas concretas. Finalmente, y puede que esto sea lo más importante, la sociología proporciona autoconocimiento, ofreciendo a los grupos y a los individuos más oportunidades de alterar las condiciones de su propia vida.

Métodos de investigación

A continuación, señalaremos los métodos de investigación más habituales en la sociología.


       Trabajo de campo (observación participante)

En el trabajo de campo u observación participante (ambos términos se suelen utilizar indistintamente) el investigador vive con un grupo o comunidad y puede incluso tomar parte en alguna de sus actividades. Al realizar un trabajo de campo el investigador no puede limitarse a estar presente en una comunidad, sino que debe explicar y justificar su presencia a los miembros de la misma. Debe ganarse la confianza y la cooperación de la comunidad o grupo, y mantenerla durante un cierto período de tiempo si quiere conseguir unos resultados óptimos.
Durante mucho tiempo lo normal fue que las investigaciones basadas en la observación participante prescindieran de información sobre los riesgos y problemas a los que hay que hacer frente, pero las memorias y diarios, publicados recientemente, de distintos investigadores que han utilizado esta técnica han hecho importantes revelaciones al respecto. Con frecuencia se enfrentan a la soledad: no es fácil encajar en una comunidad o contexto social al que no se pertenece. El investigador puede sentirse frustrado cuando los miembros del grupo no hablan con franqueza sobre ellos mismos, las preguntas directas se aceptan sin problemas en determinados contextos pero en otros quizá la única respuesta sea el silencio más absoluto. Ciertos tipos de trabajo de campo pueden resultar incluso peligrosos físicamente; por ejemplo, un investigador que estudie a una banda de delincuentes puede ser visto como espía de la policía o puede verse implicado sin darse cuenta en peleas con grupos rivales.

Ventajas y limitaciones del trabajo de campo

El trabajo de campo, cuando concluye con éxito, proporciona una información sobre la vida social mucho más rica que la mayoría de los restantes métodos de investigación.
Un vez que sabemos cómo se ven las cosas desde dentro de un determinado grupo, es probable que alcancemos una comprensión más profunda de por qué determinadas personas actúan de una manera dada.         
El trabajo de campo también proporciona al investigador más flexibilidad que otros métodos, ya que puede adaptarse a circunstancias nuevas o inesperadas y aprovechar las oportunidades que pudieran surgir durante el estudio. Con un trabajo de campo es más posible obtener resultados inesperados que con la mayoría de los restantes métodos, pues el investigador puede encontrarse con la sorpresa de que las ideas preconcebidas que tenía sobre un determinado grupo eran totalmente erróneas.
El trabajo de campo también tiene sus limitaciones: solamente pueden estudiarse grupos o comunidades relativamente pequeños y casi todo depende de la habilidad del investigador para ganarse la confianza de los individuos que quiere estudiar. Sin esta capacidad es muy improbable que la investigación pueda salir adelante. También puede ocurrir lo contrario, es decir, que el investigador se identifique tanto con un grupo que al convertirse casi en un "miembro" del mismo, pierda la perspectiva que tiene un observador del exterior.

       Encuestas

La interpretación de los estudios de campo conlleva normalmente problemas de generalización. Al estar analizando sólo a un pequeño grupo de personas no podemos estar seguros de que lo que sucede en un determinado contexto pueda aplicarse a otras situaciones o, incluso, de que dos investigadores. Diferente hubieran llegado a las mismas conclusiones al estudiar al mismo grupo. Este suele ser un problema menor en las investigaciones con encuestas, en las que los cuestionarios o bien se envían por correo o bien se pasan directamente en una entrevista a un grupo de personas seleccionado (que, a veces puede estar compuesto por miles de personas). El trabajo de campo es más apropiado para estudios en profundidad de la vida social en sectores muy concretos, mientras que las encuestas suelen dar una información menos detallada; aunque ésta sí puede aplicarse a un área extensa.

Cuestionarios cerrados y abiertos

En las encuestas se emplean dos tipos de cuestionarios. Unos constan de series de preguntas cerradas, para las cuales existe un número fijo de respuestas, como, por ejemplo: "Sí/No/No sabe-No contesta" o "Muy probable/Probable/Poco probable/Muy improbable". Este tipo de encuestas tiene la ventaja de que sus respuestas son fáciles de comparar y tabular, ya que existe un reducido número de categorías. Por otro lado, considerando el hecho de que no dan cabida a sutilezas de opinión o de expresión verbal, la información que proporcionan tiene un alcance restringido.
También existen cuestionarios abiertos, que ofrecen a aquéllos que responden la oportunidad de expresar sus ideas con sus propias palabras: no se ven limitados a marcar respuestas predeterminadas. Los cuestionarios abiertos suelen proporcionar más información que los cerrados, ya que el investigador puede profundizar en las respuestas con el fin de indagar en lo que piensa el encuestado. Por otro lado, la ausencia de respuestas cerradas conlleva una mayor dificultad a la hora de establecer comparaciones mediante métodos estadísticos.
Las preguntas de un cuestionario suelen elaborarse de forma que un equipo de entrevistadores pueda plantearlas según un orden preestablecido y registrarlas con el mismo criterio. Todas las preguntas deben ser fácilmente comprensibles, tanto para el entrevistador como para el entrevistado. En las grandes encuestas nacionales que los organismos del gobierno y los gabinetes de investigación realizan regularmente, las entrevistas se llevan a cabo prácticamente a la vez en todo el país. Los que las realizan y los que analizan los resultados no podrían realizar su trabajo con eficiencia si tuvieran que estar constantemente consultándose unos con otros para evitar posibles ambigüedades en las preguntas o en las respuestas.
Los cuestionarios también deben estar cuidadosamente diseñados en función de las características de los entrevistados. ¿Captarán lo que el investigador tiene en mente al formular una determinada pregunta? ¿Tienen suficiente información para que su respuesta sea válida? ¿Contestarán? Las premisas del cuestionario pueden resultarles poco familiares a los entrevistados:...
Por ejemplo, la pregunta: "¿cuál es su situación marital?" quizá sea desconcertante para algunas personas y sería mejor preguntar: ¿está usted soltero, casado o divorciado? La mayor parte de las encuestas van precedidas de estudios piloto, cuya intención es dilucidar los problemas que el investigador no prevé. Un estudio piloto es un ensayo en el que un reducido número de personas responde a un cuestionario. De este modo, pueden evitarse las dificultades que surjan antes de comenzar la encuesta real.

       Muestreo

Los sociólogos se interesan con frecuencia por las características de grandes grupos de individuos; por ejemplo, las actitudes políticas del conjunto de la población británica. Sería imposible estudiar a todas esas personas directamente, por lo que en dichas situaciones el investigador se concentra en una pequeña proporción del grupo total, es decir, en una muestra. Por regla general, se puede confiar en que los resultados que se derivan de la encuesta realizada a una muestra de una determinada población - siempre que se haya elegido adecuadamente- pueden generalizarse a la población total. Por ejemplo, los estudios de sólo dos mil o tres mil votantes pueden indicar de forma bastante precisa las actitudes e intención de voto del conjunto de la población. Pero, para lograr dicha precisión, una muestra debe ser representativa: el grupo de individuos estudiado debe ser típico dentro de la población en su totalidad. El muestreo es más complejo de lo que pueda parecer y los estadísticos han elaborado varias reglas para dar el tamaño y la naturaleza adecuados a las muestras.
Un procedimiento particularmente importante para asegurarse de que el grupo elegido es representativo es el muestreo aleatorio, que consiste en elegir una muestra en la que cada miembro de la población en cuestión tenga las mismas posibilidades de estar incluido. La forma más sofisticada de obtener una muestra de este tipo es adjudicar un número a cada miembro de la población y utilizar después un ordenador que genere una lista aleatoria de la que se deriva la muestra (por ejemplo, eligiendo al azar un número de cada diez en una serie).

Ejemplo: ¿El pueblo elige?

Uno de los más famosos ejemplos de los primeros estudios con encuestas fue "¿El pueblo elige?", un trabajo realizado hace alrededor de medio siglo por Paul Lazarsfeld y una serie de colaboradores (Lazarsfeld y otros, 1948). El estudio, que investigaba las intenciones de voto de los residentes del condado de Erie, en Ohio, Estados Unidos, durante la campaña para las elecciones presidenciales de 1940, fue pionero de varias de las principales técnicas de encuesta que se han venido empleando hasta hoy. Con la intención de indagar con más profundidad de lo que lo haría un simple cuestionario, los investigadores plantearon sus preguntas a cada miembro de una muestra de votantes en siete ocasiones distintas. El objetivo era detectar los cambios en la intención de voto y entender por qué se producían.
La investigación arrancó con una serie de hipótesis concretas en perspectiva. Una sostenía que las relaciones y los acontecimientos próximos a los votantes de una comunidad influyen en su intención de voto en mayor grado que los lejanos asuntos internacionales, y los resultados globales lo confirmaron. Los investigadores desarrollaron elaboradas técnicas de medición para el análisis de las actitudes políticas; sin embargo, su trabajo también hizo aportaciones considerables al pensamiento teórico. Entre los conceptos que ayudaron a introducir estaban el de "líderes de opinión" y el de flujo bifásico de la comunicación". El estudio demostraba que ciertos individuos-los líderes de opinión- tienden a conformar las opiniones políticas de los que les rodean. Las ideas de las personas no se construyen de una forma directa sino mediante un proceso en dos fases. En la primera, los líderes de opinión reaccionan ante los acontecimientos políticos y, en la segunda. influyen en los demás: conocidos, amistades o colegas.

Ventajas y desventajas de los estudios con encuestas

Las encuestas continúan utilizándose bastante en la investigación sociológica por diversas razones: las respuestas a los cuestionarios pueden cuantificarse y analizarse con mayor facilidad que el material generado por la mayoría de los restantes métodos de Investigación; se puede estudiar de esta forma a un número grande de personas y, si se dispone de medios suficientes, los investigadores pueden recabar la ayuda de un gabinete especializado en sondeos para recoger las respuestas.
Sin embargo, muchos sociólogos critican las encuestas y sostienen que el hecho de que su cuantificación sea fácil concede a unos resultados cuya veracidad puede ser cuestionable - dada la naturaleza relativamente superficial de las respuestas de la mayor parte de los cuestionarlos- una apariencia de precisión. La cifra de cuestionarios sin responder suele ser elevada, especialmente cuando éstos se envían y devuelven por correo. No es infrecuente que se publiquen estudios basados en resultados obtenidos de poco más de la mitad de los componentes de una muestra, aunque normalmente se realiza un esfuerzo para ponerse en contacto de nuevo con los que no responden o para sustituirlos por otros. Se sabe muy poco de los que deciden no responder o de los que no acceden a ser entrevistados.


       Experimentos

Un experimento puede definirse como un intento de comprobar una hipótesis bajo condiciones supervisadas de cerca por un investigador. Los experimentos se emplean mucho en las ciencias naturales porque tienen más ventajas que otros procedimientos. En un experimento, el investigador controla directamente las circunstancias que estudia. En comparación con las ciencias naturales, el margen para la experimentación en sociología es bastante reducido. Sólo los grupos pequeños de individuos resultan manejables en un laboratorio y, en tales experimentos, la gente sabe que está siendo estudiada y puede comportarse de forma poco natural.
No obstante, los métodos experimentales pueden resultar útiles para la sociología en determinadas ocasiones. Un ejemplo es el ingenioso experimento llevado a cabo por Philip Zimbardo, quien montó una cárcel simulada en la que introdujo a estudiantes voluntarios para representar el papel de guardias y prisioneros (Zimbardo, 1972). Su objetivo era observar hasta qué punto el desempeñar esos papeles podía transformar las actitudes y comportamientos. Los resultados sorprendieron a los investigadores. Los que hacían de guardias asumieron rápidamente una actitud autoritaria, mostrando verdadera hostilidad hacia los prisioneros. Comenzaron a darles todo tipo de órdenes, a pasarse verbalmente con ellos y a intimidarles. Los otros, por el contrario, mostraban una mezcla de apatía y rebeldía que a veces se ha observado en presos reales. Las consecuencias fueron tan extremas y el nivel de tensión tan alto que hubo que dejar el experimento en sus primeras fases. Sin embargo, los resultados no dejaron de ser importantes. La conclusión de Zimbardo fue que el comportamiento en las cárceles está más influido por la naturaleza de la situación carcelaria que por las características individuales de los implicados.

       Historias de vida

Al contrario que los experimentos, las historias de vida pertenecen por completo a la sociología y al resto de las ciencias sociales; no tienen lugar en las naturales. Se componen del material biográfico que se recoge sobre ciertos individuos y que, normalmente, ellos mismos relatan. Lo normal es que ningún otro método de investigación nos proporcione tantos detalles sobre la evolución de las creencias y actitudes de una persona a lo largo del tiempo. Los estudios que utilizan estas fuentes no suelen basarse únicamente en los recuerdos de la persona, y lo normal es que empleen cartas, informes de la época o descripciones de periódicos para ampliar la información que da el individuo y comprobar su validez. Los sociólogos no se ponen de acuerdo sobre el valor de las historias de vida: algunos consideran que son poco fiables y que, por tanto, la información puede no ser útil; sin embargo otros creen que este método proporciona una profundidad que muy pocos métodos de investigación pueden igualar.
           
       El análisis histórico

Con frecuencia, un punto de vista histórico es esencial para la investigación sociológica, ya que se suele necesitar una perspectiva temporal que dé sentido al material recogido sobre un determinado problema.
Con frecuencia, los sociólogos quieren estudiar los acontecimientos del pasado directamente. Con algunos períodos esto es posible si hay todavía supervivientes (como en el caso del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial). La historia oral es un tipo de investigación que consiste en entrevistas en las que se pregunta por acontecimientos presenciados en el pasado. Evidentemente, este tipo de investigación sólo puede retrotraerse, como máximo, unos sesenta o setenta años. Para la investigación histórica de un período anterior, los sociólogos dependen de otros documentos escritos, que suelen estar en las colecciones especiales de las bibliotecas o archivos nacionales.
Un interesante ejemplo de investigación documental en un contexto histórico es el estudio del sociólogo Anthony Ashworth sobre la guerra de trincheras durante la Primera Guerra Mundial (Ashworth, 1980). Este autor estaba interesado en analizar cómo era la vida de hombres que tenían que soportar constantes bombardeos, hacinados durante semanas. Utilizó diversas fuentes documentales: relatos de guerra oficiales sobre diferentes divisiones y batallones, publicaciones oficiales del momento, notas y archivos que mantenían de forma informal los soldados, y relatos personales de la experiencia bélica. Con esta variedad de fuentes Ashworth consiguió hacer una rica y detallada descripción de la vida en las trincheras. Descubrió que la mayoría de los soldados tenían sus propias ideas acerca de con qué frecuencia iban a combatir con el enemigo y que, a menudo, hacían caso omiso de las órdenes de sus superiores. Por ejemplo, el día de Navidad los soldados alemanes y los aliados suspendieron las hostilidades, e incluso llegaron a improvisar en cierto lugar un partido de fútbol.

Bibliografía:

Giddens, Anthony, Sociología, Ed. Alianza, Barcelona, 2000
Marrero, Adriana, Introducción a la Sociología, FCU, Montevideo, 1998
Macionis y Plummer, Sociología, Ed. Pearson, Madrid, 2007

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